miércoles, 21 de septiembre de 2011

Lírica del perdón

He sido tan humana!!!!

He caído en la tentación

de sabanas de seda y pétalos de rosa.

He lastimado sin querer.

He mentido alguna vez

y he engañado con verdades en prosa.

He robado pensamientos,

miradas, suspiros y besos.

He sido la esclava de un reloj,

del espejo de mi habitación,

del placard y zapatitos de charol.



He sido tan… pasionalmente humana!!!

que he bailado desnuda a la luz de la luna en primavera.

Me he bañado en los ríos de la lujuria,

he caminado descalza las playas eternas

acompañada solo por la marea,

he respirado la primavera con desesperación

y he andado en el bosque oscuro de soledad

agazapada tras la bruma.

He navegado un mar de pasiones;

volé en alas del deseo,

y me entregué sumisa

al que tendió su mano.



Tan … malditamente humana he sido!!!

que embrujé unos labios por diversión

que callo el amor que me impulsa día a día

que me he dejado amar por el viento peregrino

por el aura en las noches de luna llena

y por la lluvia de caricias que trae un forastero.





He sido tan … locamente humana!!

Que he amado con locura los caminos,

he acariciado la tierra,

y palpado los rayos de sol,

y he sonreído sin motivo.



He sido tan sencillamente humana!!

que desee un hogar,

una chimenea

y una cerca blanco luna,

para compartirla con mi amor.

soñé con el aroma a canela invadiendo mi lugar,

con las Fresias en primavera

y la tibieza del sol entrando por la ventana.



Y soy tan frágilmente humana

que necesito pedir perdón

a la tierra  que ignoré

al viento del que escapé

y las almas que defraudé

a la vida que desprecié,

al agua que derramé,

al gorrión que enjaulé.

al corazón que no cuidé.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Donde mueren los deseos quebrantados


En el aire enardecido sin llegar a su destino.
En las cumbres elevadas, solitarias y naranjas.
En las sábanas solitarias, de sedas y de orgasmos.
En las yemas de los dedos, y en las manos extendidas.
En el aliento contenido, en suspiros escapados.
En lágrimas desbordadas, en el corazón aprisionado.
En piernas humedecidas, en el palpitar de los recuerdos.
En el verde de unos ojos, en la frialdad que mora en los pasillos.
En los sueños, en la almohada, en largas noches extraviadas,
de soledades anticipadas y esperanzas mancilladas.
En mi pecho, en mi vientre y en mi venus exiliada.
Deseos nacen como niños, en la luz y la esperanza
y mueren sin permiso, en la penumbra, en el silencio;
ellos mueren en mis manos, incautos y desangrados.

Dolor

 
Dolor el de los suspiros refugiados en la penumbra
el del llanto que sin valentía se repliega en la garganta
para meterse dentro, muy adentro y morir en un intento.


Dolor el de la risa que ha quedado prisionera
que se funde solitaria en medio de una hoguera
perdiendo la batalla que entabló con una lagrima.


Dolor el de la esperanza que se encuentra allí perdida
vagando por los rincones sin noches y sin días
desangrándose de a poco, como las flores caídas.


Dolor el de mis manos, el de mi cuerpo; el de mi alma
a la que le quema el amor, y agoniza sin caricias
alma que no puede volar, como lo hacia a tu lado.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

dime amor

Vomito  sentimientos contenidos en el tiempo
te amos que se exparsen como el polen en primavera
lágrimas que escapan gritando este tormento.
bocanadas de silencios que lloran las ausencias.
Dime amor, donde va este amor tan distraìdo 
sin querer ser recibido por tus labios? 
Dime amor, donde puede ir si ha sido herido  
y vaga perdido buscando algún suspiro?

domingo, 4 de septiembre de 2011

Encuentro

Encuentro la belleza que destella del asfalto cuando garúa
en las gotas que caen sobre toldos inertes y sin gracia
la música en los susurros, que pasea el viento en las esquinas
en los silencios de un camino agreste y sin vida.

Encuentro la belleza de la libertad en esos ojos claros;
sumergidos al calor en el roce de una caricia escondida;
en los suspiros perdidos, que en un mamato se refugian,
en la brisa alegre que juguetea en las copas de los alerces.

Encuentro la belleza sentada en un cirro que nadie mira;
en la escurrida templanza de la mirada de una niña,
en la canción de amor que trinan los gorriones;
en la felicidad que reposa en mis manos y en mi destino.