Agosto fué, un mes
de lunas azules;
de paz atesorada,
de miradas compartidas
y caricias entregadas.
De mañanas ámbar
y saltos inconcientes
en tardes amaranto
calladas y a destiempo.
Agosto fué, un mes
de lunas azules,
de días de oro
y cobre tal vez.
Agosto nos encontró
entregados al amor,
tras las sombras frías
del gris de mi ciudad.
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