Inconciente
de ausencia y de distancia,
quise
fundirme en el cielo de diciembre.
Lagrimosa
de pena y desaliento,
Cargando el
luto que aguardaba latente
sin poder
ganarle la partida a la muerte
anduve sin
rumbo, perdida y sin tiempo.
Indolente
mortaja, impiadosa y muda,
Pasaje de
ida a la ruta sin retorno
Ciega rayé la
pampa buscando tu sepulcro
y el viento pegajoso de la virgen rosa
me encontró
dormida olvidando el tiempo
junto a una
lápida de plata añosa.
Indolente
mortaja, impiadosa y muda,
No olvides
la pena que causa tu incordio
Impotente
bajo el sol de un mediodía,
las
lágrimas humedecieron tu descanso.
Quedóse
izada en el ambiente,
la promesa tibia
de volver a verte.
Un saludo querida Rita: muy hermoso tu blog. No sé la razón por la que te fuiste de textale. Te mando un fuerte abrazo desde Venezuela. Tu poesía es verdaderamente maravillosa. Richard Albacete
ResponderEliminarRichard!!! que alegria verte por acá , este humilde rinconcito donde soy yo de verdad!
EliminarTExtale? es historia y no importan ya los motivos, aunque fueron de sobra, lo bueno es que hoy ya no importa. A veces paso a leer un poco, pero muuuyy de vez en cuando. Me alegro que te guste el blog, le falta trabajo ciertamente pero a veces tengo un rato y lo paso acá.
Un abrazo grandisimo