Un brazo dejó en un armario.
La lengua quedo en un cajón.
Las piernas en algún camino,
sus pedazos fueron regando
cualquier escondido rincón.
Esas pequeñas partes
de aquella enorme mujer,
se fueron deshilvanando
hasta que su recuerdo incluso
el viento olvidó.
Se perdió en una de sus cuitas
Preguntándose porque
no dejo que alguien la amara
tan solo por lo que es.
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