Una caída de chica
garabateó mi rodilla.
Tres puntos de cada parto
a veces se hacen notar.
Piedras no tan preciosas
tuve que desterrar.
Y un collar desprolijo
mi garganta desadorna.
Mi cuerpo tiene cicatrices
ya no duelen, en verdad
solo son marcas
souvenirs de la edad.
Las que duelen son las otras,
esas que no se ven.
Ah! Tengo tantas cicatrices!
No sé por dónde empezar,
quizás necesite un costurero
que me ayude a
remendar
este corazón hecho pedazos
simplemente por soñar.
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