No tengo sábanas blancas
para noches vacías.
Ni prisiones de mil hilos calurosos
Será que sueño sin ataduras.
Sera que me muevo mucho,
pero prefiero evitarlas,
como si fueran mortajas.
Dejé en mi patio una escalera
pintada de colores brillantes
y una enredadera la tomó de rehén
para regalarle cada primavera
mil flores dulces
mil flores blancas.
Espera ansiosa en un estante
una lámpara de lava verde,
a enfrentar mis eclipses
a desterrar sombras a un papel
que jugarán a ser palabras
y tal vez, solo tal vez
alguna linda historia.
Es precioso, Rita, me encantó. Disfruto mucho de leerte :)
ResponderEliminarBesos!