Huyo de la muchedumbre que abruma
De las ciudades y su artificialidad cegadora
Del tiempo que se escurre en la mirada plástica de miles
De las miserias que se apilan a la vera de los vías
De mis debilidades, de mis vicios y
de mi sarcástica manía de sobrevivir.
Y huyo del smog que seca los bolsillos
Del consumismo que ciega nuestros ojos
De la cotidiana locura del metro
De las bocinas, los semáforos, de los buses y los abogados
De los cajeros, los noticieros, las sirenas y el celofán
de las muñecas que se venden en las esquinas
de la sociedad que critica mis orgasmos,
mi música y mi religión.
Huyo donde se olvidan los versos
las letras, y el yo,
huyo a ese mundo, que cabe en una flor.
Rita, me encantó. ¿Quién no quiere huir? Esto es lo mejor que te leí. Un abrazo grande.
ResponderEliminarGracias Marcelo, me alegra que te guste. Es un insentivo para mi que mis letritas le gusten a alguien como vos. Gracias
EliminarAbrazo grande