sábado, 10 de septiembre de 2011

Dolor

 
Dolor el de los suspiros refugiados en la penumbra
el del llanto que sin valentía se repliega en la garganta
para meterse dentro, muy adentro y morir en un intento.


Dolor el de la risa que ha quedado prisionera
que se funde solitaria en medio de una hoguera
perdiendo la batalla que entabló con una lagrima.


Dolor el de la esperanza que se encuentra allí perdida
vagando por los rincones sin noches y sin días
desangrándose de a poco, como las flores caídas.


Dolor el de mis manos, el de mi cuerpo; el de mi alma
a la que le quema el amor, y agoniza sin caricias
alma que no puede volar, como lo hacia a tu lado.

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