jueves, 29 de diciembre de 2011

Perdonar



El cielo susurra mansas melodías,

de esas que no importa llegar a escuchar.

El viento trae de lejos alguna poesía…

De esas que se leen pensando en no llorar.

Mientras sueños de oro regala el perdón.



Aunque duela, aunque duela tanto, tanto.

Aunque las lagrimas se amontonen en los ojos

punzando ariscas por escapar hacia los labios.

Aunque la garganta balbucee incomprensiones,

que nadie escucha, pues afuera ladra la hipocresía .

Aunque los suspiros salgan arrítmicos y desafinados,

aunque duela tanto, la tristeza que me da sin sentido.



Escucho lo susurros de esas mansas melodías

Escucho al viento recitarme aquella poesía

Escucho al perdón tocar incesante el corazón

Y es así, Señor, “lo dicho, dicho está” y sin retornos.

Pero aunque duela tanto, sigue el camino del perdón.

Del susurro de los dioses

I - El susurro de los dioses: Consternación



Descuidadas palabras de un mortal, tronaron en los cielos

“no me mires así” susurró. Pero éstas, elevándose lo delataron.

La brisa se hizo viento, las nubes se opacaron

Y en un descuido del silencio los dioses se pronunciaron:



Como no ha de mirar así?!!  Grito un rayo fulminante.

Acaso no es en la mirada donde puede destellar lo que siente?

No es acaso el último vínculo, mañoso, rebelde y silente,

que une por un instante, ese infinito discurso

de palabras no pronunciadas, de caricias no dadas,

de besos contenidos y suspiros sofocados.?



Como no ha de mirar así?!! Crujió un álamo al quebrarse

Si es esa la mirada, la de destellos salados, la de la luz que calma

esa que trasciende más allá de las banalidades

Si es la única que puede abrazar en la distancia.



Esa! Sí, esa, a la que  nada ha de prohibirse,

pues es portadora legítima del roce suave que llega desde el alma;

Esa que sabe posarse en los ojos como el rocío,

deslizarse tibia en los labios y dibujar estelas en la frente.

No, nada ha de prohibírsele jamás!

Pues como contener las estrellas que acarician cada parte

de ese ser cuando lo mira, en tan solo un fugaz descuido.?



Como no ha de mirar así?!! Gruñó el trueno despertando.

Si ella es la que grita los silencios que mueren en los pasillos…

apaciguando caricias que fallecen incomprendidas,

muriendo de sed y de olvido, de razón y conveniencia,

estacadas a la penumbra que vehemente las castiga?



Como no ha de mirar así?  Susurran consternados los dioses

Si es esa, la que en su mas transparente y sutil distancia,

confiesa incesante aquel amor que aun profesa??







II - Reconocimiento



Oh si, también he amado

Lo recuerdo perfectamente

Fue un gris día de mayo

Cuando sentí completamente

Que estaba enamorado.



Como olvidar sus ojos tibios!!

Como despojarme de sus labios

Si mis papilas aun los sienten

Endulzando mi inconciente.



Oh si, Es algo que no se olvida

aquel suave momento de luz

calma de todas las tormentas

sosiego esperado a cada cruz

fresca sombra que da la oliva.



Como no recordar aquel amor

Ese que vibró desde mi centro

Hasta dar a luz en basto clamor

El sentimiento desde adentro.



Oh si, también se que he fallado

Pues el corazón que pretendía

No era miel para una hormiga

Es triste el canto de esta elegía

Al morir el amor así, callado





III - El susurro de los dioses: La sentencia



Serán los sueños tibios nidos

Del frágil arte que le abraza

Serán los truenos el sonido

De la realidad que se colapsa.



Serán los astros los testigos

De su telón hecho lamento.

Y el silencio el cruel castigo

que le augura el firmamento.



Será un aullido el pensamiento

Y sus palabras los verdugos;

por haber dejado a los vientos

un corazón hecho mendrugos.





IV - El perdón



Aparece la piedad asida de su mano,

ofreciendo un mar de horrores;

a esos dioses que juzgan los errores

que en su paso comete el ser humano.



Don perfecto, escucha esta canción!!

Tu que no entiende de venganzas;

que impugnas toda sanción,

y del dolor cualquier andanza.



Comprensivo exime al ser humano

y le asigna suave compañera.

Que le recuerde la tristeza;

que ha causado con su mano.



La conciencia será su almohada;

en el crepúsculo; en la alborada.

Será ella quien cargue los dolores,

y el tiempo quien diluya los errores.

viernes, 16 de diciembre de 2011

A ella

Ven!! tócame, acaricia mi piel, al fin es tuya

Bésame, derrochando las ansias contenidas

Diluidas por el tiempo y mil quimeras

Dilatadas en la luna de mis pupilas.



Ven!!! Toma los suspiros que guarda mi alma

Bésame suave, al compás de la garúa

Bébeme despacio, sin opacar el crepúsculo

Sin apagar los almácigos que destellan sigilosos. 



Ven! Abrázame, cobíjame en tu blanca constancia.

Ven! No aguardes ya, el florecer de los narcisos

Ven! por favor. Dame paz… Dame Paz



Todos la llaman cuando ausente

Más no la quieren ver cuando presente.

Lírica del perdón (2° edición)

He sido tan humana!!!! Si!!
 
Caí en tentación  de sabanas de seda y pétalos de rosa.
 
Lastimé sin querer y engañé usando verdades en prosa.
 
He robado pensamientos, miradas, suspiros y besos.
Fui esclava de un reloj, y del reflejo de ese cruel espejo.

Me dejé llevar por la luz de la luna en primavera.
Guarde besos furtivos en mis caderas,
modeladas por el cincel de caricias disimuladas
por torrentosos ríos de lujuria desbocada.

Respiré la luna de enero con desesperación
Jugué a embrujar unos labios por diversión
hice mi cómplice al aura que ilumina la luna.
Y la tibieza del sol despertando tras la bruma.

He amado con loca pasión los caminos
amor que me impulsó a volar a mi destino,
donde me dejé acariciar por el viento peregrino
rozar los rayos de sol, y Oh Si!! Reí sin motivo!!!

 
Si! Es que soy tan débilmente humana … si Señor
Que en remanso melodioso vengo a pedir perdón;
a la tierra que ignoré;  las almas que defraudé;
al agua que derramé y al corazón que descuidé.

martes, 6 de diciembre de 2011

El susurro de los dioses *La sentencia*


Serán los sueños tibios nidos
Del frágil arte que le abraza
Serán los truenos el sonido
De la realidad que se colapsa.

Serán los astros los testigos
De su telón hecho lamento.
Y el silencio el cruel castigo
que le augura el firmamento.

Será un aullido el pensamiento
Y sus palabras los verdugos;
por haber dejado a los vientos
un corazón hecho mendrugos.