Despertar
con los suspiros que te roba la brisa,
es
un vicio en el que espero, nunca dejar de caer.
Encontrar
tu mirada junto a la mía y tu sonrisa
es
la gloria que me hace, en tus ojos desaparecer.
Dos
cuerpos arrebatados se desempolvan sin prisa,
una fría mañana de mayo con aroma a café.
Y
tus manos, se aferran sin pudor y sin premisas
mientras
tus labios ávidos, me logran perder.
Te comentaré aquí estos dos últimos poemas de pasión madrugadora.
ResponderEliminarQue bello amanecer con alguien que despierta esos deseos en ti y que además te corresponde.
Siempre el acercamiento físico de la madrugada fue a mi parecer el más excitante y bello.
De nuevo la sexualidad más sensual vuelve a tus letras, amiga.
Tan breves como hermosos.
Besosss.
Amigo, coincido en que la madrugada es especial para la pasíon, me parece que es un momento en el que el escudo que pone nuestra conciencia a nosotros mismos, se suspende entre sueños y realidad , y deja aflorar nuestros sus más intimos y naturales deseos.
EliminarMe gusto tu comentario Tano, gracias por pasar.
Bezasos amigo