No dejes de
susurrar delicias en mi oído,
ni de surcar
mi espalda con tus labios
provoca el
desvarío, arráncame del hastío.
Penetra sin
cesar recovecos de mi mente;
disfruta
deambular la pradera de mi vientre..
encuentra el
placer al amparo de mi cuerpo.
Oh amor! por
favor… no pares.
Déjame
exhausta de suspiros
embriagada
de tu aroma
rendida
entre tus brazos
y aún así, no
dejaré de repetir...
“Por favor,
no pares”
ámame hasta morir.
Tú si que no paras, Rita. El camino de sensualidad extrema que has tomado te tiene inspiradísima. Y eso que por allá es invierno, que cuando llegue la primqvera prefiero no pensarlo, uuffff.
ResponderEliminarCortos tus poemas pero contenedores de toneladas de pasióin.
Besossssss.
hay que mantener el ambiente cálido amigo, vos lo dijiste, es invierno jaja
EliminarBezasos