lunes, 20 de agosto de 2012

Iluminados y sedientos

Acuosas miradas detuvieron el tiempo
quien se sienta a contemplar:
derroches de desnudez estremecida,
mordidas resplandecientes y tibias,
cuerpos entrelazados y dorados
confundidos, penetrados.

Miradas carnales y sabrosas,
dibujos de arqueadas columnas,
donde juegan gotas de sudor
lágrimas, babas de éxtasis y sabor.
Dedos marcados, labios deseosos
dilatadas pupilas,  ojos cristalinos,
yemas que se rozan, se tocan
se funden  y confunden.

Pechos sedosos brillantes de sudor
reflejan, decoran, contienen
corazones acelerados
galopantes, extraviados
hipnóticos, seducidos
obedientes al placer y sus sonidos

rítmicos conciben la música del darse,
del sentirse, del entregarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario