miércoles, 15 de febrero de 2012

Locura


La locura reside en la lealtad a cuatro paredes
En desconocer la mañana que alegre silva
el canto libertario y bien nacido.
Reside en no mostrar el rostro transparente,
en cantar al carcelero las obligadas melodías;
esas que el alma quiere soltar a los cuatro vientos.
Ella reside en el estandarte del anatema nocturno
que deambula cual fantasma, arrastrando las cadenas,
llorando soledades, desempolvando prosa y oquedades.
Será la vergüenza la causa del silencio?
Ay! Sagaz locura que reside en la inercia que no permite volar,
sonreir, llorar, acariciar sin culpas que azoten
la memoria, el canto, la dulce añoranza
de momentos bellos que pasaron y pasaron
 y aunque se resista quedaron en algún meandro del corazón;
en esa memoria, en ese canto, en esa tierna añoranza
que cobija la libertad para amar y para sentir.
Ahí es donde reside la locura
con uniforme sacro y llaves pesadas
que nos mantienen presos en la cómoda rutina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario