Rutas como oasis del eterno caminante;
la bóveda infinita es testigo de sus pasos
ilumina el sosiego en su semblante
que deja atrás victorias y fracasos.
Es el oasis de las rutas el que abraza
en la gloria de paz infinita al caminante.
No hay tristezas en la oscuridad
Y el dorado del amanecer esta delante.
He visto cuando voy por los senderos
Como las sombras mastican recelos
Como el horizonte se deshace en llanto
Cuando el sol acaricia aquellos llanos.
Ruta como mi oasis refrescante
Donde yo camino sola y sin tiempo
Donde sigo nubes al poniente
cabalgando a merced del mismo viento.
He visto la penumbra agazaparse
en las sombras que forman los maizales
y cascadas de luciérnagas flamantes
que se diluyen en el viento y sus voluntades.
Ruta como oasis del eterno caminante
Y en el silencio de su paz concomitante
Los versos ya no sangran en la noche
permitiendo a la brisa tibia acompañarte.
Buen poema. está como indeciso con las rimas, pero no tiene por qué decidirse tampoco. Como buen caminante, sabe que lo importante es andar. El destino es una propina que viene después. Saludos!
ResponderEliminarHola Marcelo, que alegria tenerte por aca! Es cierto, lo importante es andar.
ResponderEliminarSaludos para vos tambien , gracias por la visita!