lunes, 23 de mayo de 2011

Con la yema de sus dedos

Con la yema de sus dedos, tocó mis labios,
llegó a mi centro y jugo en mi vientre;
Dibujó mis hombros, despertando mis extremos erizados.

Con la yema de sus dedos, arqueó dócil mi espalda,
y mis cabellos barrieron como lluvia carmesí ,
la hojarasca dorada de un bosque de incertidumbre.

Con la yema de sus dedos amo mi esencia;
y en la llama de sus ojos se perdió mi corazón.

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