martes, 24 de mayo de 2011

Inerte y sin fin

 


Acallo el latir que galopa precipitado
de este sentimiento cálido y sin voz.

Mudo el amor que no debe surgir
Triste su desvelo al no poder volar
Silente y ocre su existencia vana;
Hueco su eco, inerte y sin fin.

Acallo el silencio, de truenos palpitantes
Despliego el cielo en mi corazón
vuelvo a callar, mansa tristeza ;
Pues mudo el amor, que no debe surgir.

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