martes, 7 de febrero de 2012

Pálida claridad sin luna

Ven, y navega el río que nace entre mis piernas
Ahogando tu pena en mis humedades,
dibuja con tus dedos mis contornos
Abandónate y abandóname a la sutil sinfonía
de deseos guardados en la mente y sus quiméricas lagunas.

Bebe la lujuria de estos labios rojos de placeres
emprende el descenso al paraíso,
surcando con tu lengua la rosada ternura
de mis pechos desbordados.
Desciende al surco de mi pálida claridad sin luna.

Sedúceme incontables veces! Una y otra … y otra vez
Sedúceme hasta caer rendida en el éxtasis de los espasmos
que generan tus rugidos,
hasta convertirse en murmullos
que penetran y se hunden en la sinuosidad de mis caderas.

Envuélveme! Sofócame dulcemente en los vapores
que empañan las ventanas
con pasión que ronronea  en los adentros
Despierta ese motor que enciende las calderas.

Ven, y desgarra mis deseos poco a poco..
Suave como se deshoja una rosa, sin tiempo y sin premura.
Acércate y encuentra con tus yemas los secretos de una piel
que sabe a miel de cardos florecidos
y huele a fresco verde después de la llovizna.

Ven y envuélveme con tus garras, paraliza mi conciencia
Dando rienda suelta a las lujurias
Devórame hasta que la luna avergonzada se esconda tras la bruma
que a la noche cómplice de a poco y con descaro tizna.

2 comentarios:

  1. Uffff, Rita, como se nota que por allá es verano. Este poema quema, vaya si quema. Aparte del pasional y sexual contenido, el poema es una preciosidad estética. Cada día escribes mejor, amiga. Sigue así y no toques nunca techo, tú siempre creciendo.
    Besossss.

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  2. jajajaja Amigo, es que aqui el calor nos hace delirar a veces. Me alegro que te haya gustado. Besos miles

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