miércoles, 9 de mayo de 2012

La mano enferma



Esa mano enferma que derramó la sal de una niña sincera.
Para esa, se apagan todas las estrellas y vagará sola en las tinieblas.
Crepita el cielo, en axiomático despliegue de chasquidos estelares,
las nubes apuran su paso y se esconde la luna llena,
y la bruma que hoy inunda las callejas, la seguirá por donde vaya.
Esa mano enferma, no volverá a ver luz tan bella
como la sonrisa inocente, de aquella niña sincera.

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