No dejes que te pille la noche
olvidando la voz que inexistente
clama triste por tu nombre.
No permitas que el alba
te sorprenda despierto
derrochando sueños en el desierto.
No dejes que el viento sople
Sin llevarse entera la pena
Que riega el llanto y oculta la bruma.
Déjame mirarte una última vez
no dejes secarse el rosedal,
júrame que no hallarás el ocaso sin amar.
Oh por favor…
Déjame mirarte una vez más
En esta noche, vacía y sin luna.
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